lunes, 10 de septiembre de 2012



Joan Woodward ha realizado aportes muy significativos en especial en los sectores industriales y de manufactura señalando que la tecnología de producción es la variable independiente relevante que hace imposible concebir principios básicos de estructura organizacional que son aplicables a todas las organizaciones.

Woodward estaba muy interesada en saber si los principios organizacionales correspondientes al estado de la ciencia de teoría organizacional guardaban algún tipo de relación con el éxito empresarial como resultado de su puesta en práctica. Para ello llevó a cabo un trabajo de investigación durante unos cinco años a mediados de los años 50 del siglo XX, el que estuvo liderado por el Departamento de Investigación en Relaciones Humanas de South-East Essex Technical College.

La intención original del trabajo de investigación estaba orientado hacia aprender respecto de la división de responsabilidades entre la supervisión de línea y los especialistas técnicos que hacen uso de la tecnología en los procesos productivos, y llegar a conocer los factores determinantes de las relaciones entre ambos. Al poco de comenzar el estudio se dieron cuenta que estas relaciones de la línea con el staff no podía ser realizada en forma aislada, de modo que ampliaron el campo de la investigación incluyendo toda la estructura gerencial y de supervisión. El trabajo de investigación liderado por Woodward incluyó el 91 por ciento de las firmas manufactureras con más de 100 empleados en el sur de Essex, y mostró considerables variaciones en sus arreglos organizacionales, los que a su vez, no guardaban relación con el tamaño de la empresa, el tipo de industria o la performance empresarial.

Sin embargo, cuando las empresas fueron agrupadas teniendo en cuenta sus objetivos similares y sus técnicas de producción, y clasificadas en cuanto a la complejidad técnica de sus sistemas productivos, cada sistema productivo parecía estar asociado con un tipo de arreglo organizacional. Los métodos técnicos aparecieron como el factor más importante en determinar la estructura organizacional y en establecer el tono de las relaciones humanas dentro de la empresa. Por lo tanto, el supuesto generalizado de que existen principios de management válidos para todo tipo de emprendimiento productivo, no encontraba suficiente sustento.

El estudio contó con un relevamiento muy detallado que cubría entre otros puntos:
- historia y objetivos organizacionales
- descripción de los métodos y procesos de manufactura
- distintas formas y procedimientos que exhiben la operatoria de la empresa, como ser : el organigrama; análisis de costos con tres divisiones principales : jornales, materiales y gastos generales; un análisis de la estructura laboral incluyendo: proporción de mano de obra directa sobre el total del personal, proporción de obreros de mantenimiento en relación al personal de producción, proporción de empleados administrativos en relación a los jornaleros, proporción de gerentes y supervisores en relación al total del personal; la forma de operar en ventas, desarrollo e investigación personal, inspección, mantenimiento y compras; los procedimientos usados en planeamiento y control de la producción; los procedimientos vigentes en relación a costos y control presupuestario; las calificaciones y entrenamiento de los gerentes, supervisores y staff como asimismo las formas de reclutamiento y la política de entrenamiento.
- Información relacionada con la forma de medir la eficiencia organizacional.

El trabajo incluyó un total de 100 empresas que contaba con una dotación de personal de más de 100 personas (de 110 empresas se incluyó el 91 %).

Entre los hallazgos se encontró que solamente en la mitad de las empresas tenían aplicación los principios y conceptos de teoría organizacional. De un total de 20 empresas que fueron calificadas como “por encima del promedio” solamente 9 de ellas tenían un patrón organizacional claramente definido dentro del modelo ortodoxo. Le fascinaba a Woodward que se dedicaran tantos esfuerzos para desarrollar una ciencia de la administración aplicable a todo tipo de empresa productiva. Y emergieron algunas preguntas, entre ellas:
1. ¿ Las habilidades de supervisión y el tipo de organización gerencial requeridas en una empresa en el proceso de un cambio técnico radical son distintas de aquellas empresas bajo una situación estable?
2. ¿Se requiere un tipo de arreglo organizacional distinto cuando la complejidad técnica afecta los métodos de fabricación?

Para encontrar respuesta a estos interrogantes se procedió a agrupar las empresas por sus métodos técnicos y de allí emergieron diez categorías diferentes. Empresas del mismo ramo industrial no estaban necesariamente en el mismo grupo. Los diez grupos productivos fueron categorizados en base a “la complejidad técnica”. El grado de complejidad técnica guarda relación con la medida en que el proceso productivo es controlable y sus resultados son predecibles. Y al hacer esto se encontró que las empresas que tenían métodos técnicos similares guardaban relación con similares estructuras organizacionales.

Por lo tanto, se concluye que las 20 empresas que habían sobresalido en cuanto a sus resultados tenían muy poco en común. Sin embargo, cuando las empresas fueron agrupadas teniendo en cuenta su sistema productivo, las que eran las más exitosas tenían como mínimo una faceta en común.

Un hallazgo adicional sugiere que normas y reglas aumentan la eficiencia de la empresa, hecho este que hay que tenerlo en cuenta y aplicarlo solamente cuando se trate de organizaciones similares a las tenidas en cuenta bajo este trabajo: órdenes de pedido o producción en masa. Se sugiere que conformidad a reglas y normas no siempre acompañen la eficiencia organizacional para otro tipo de empresa.

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