Frederick Winslow Taylor (20 de marzo de 1856 - 21 de marzo de 1915)
fue un ingeniero mecánico y economistaestadounidense, promotor de la organización
científica del trabajo y es considerado el padre de la Administración
Científica. En1878 efectuó sus primeras observaciones sobre la industria del trabajo en la industria del acero. A ellas les siguieron una serie de estudios analíticos sobre tiempos de
ejecución y remuneración del trabajo. Sus principales puntos, fueron determinar
científicamente trabajo estándar, crear una revolución mental y un trabajador
funcional a través de diversos conceptos que se intuyen a partir de un trabajo
suyo publicado en 1903 llamado Shop Management.
Según
Antonio Serra Moneda, Taylor
desde su adolescencia comenzó a perder la vista, además, su cuerpo era de
contextura débil y no podía participar de los juegos que los otros organizaban
como el béisbol y el tenis. “Obligado al degradante, para un muchacho, papel de
espectador, dedicó su vida a concebir cómo mejorar el rendimiento del esfuerzo
físico derrochado por los jugadores mediante un diseño más adecuado de los
instrumentos por ellos utilizados”. Esta actitud lo marcaría de por vida, para
él lo importante era medir el esfuerzo, el lugar y los movimientos para obtener
una vasta información y, de ahí, sacar provecho de manera que se diera la mayor
eficiencia posible tanto en el deporte como en la producción. Sus biógrafos
también lo califican como una persona de actitud inflexible frente a las reglas
del juego “incluso un juego de criquet representaba para él una fuente de
estudio y de análisis.”
Teoría
Antes de las propuestas de Taylor, los trabajadores eran responsables de
planear y ejecutar sus labores. A ellos se les encomendaba la producción y se
les daba la ”libertad” de realizar sus tareas de la forma que ellos creían era
la correcta. El autor lo describe de esta manera: “encargados y jefes de taller
saben mejor que nadie que sus propios conocimientos y destreza personal están
muy por debajo de los conocimientos y destreza combinados de todos los hombres
que están bajo su mando. Por consiguiente, incluso los gerentes con más
experiencia dejan a cargo de sus obreros el problema de seleccionar la mejor
forma y la más económica de realizar el trabajo”. De ahí que sus principios
“vistos en su perspectiva histórica, representaron un gran adelanto y un
enfoque nuevo, una tremenda innovación frente al sistema”. Se debe reconocer aquí que Taylor
representa el sueño de una época, como lo es Estados Unidos de los primeros años del siglo XX
donde era imperativo alcanzar la mayor eficiencia posible, cuidando el medio
ambiente aunado a una explosión
demográfica acelerada en las ciudades, una demanda creciente de productos.
Existe una diferencia muy particular entre la teoría de Taylor y Henry
Fayol, es el
uso del tiempo, ya que Fayol se enfoca más en la estructura general de la
organización, mientras que Taylor se enfocaba más en el método y herramientas
del trabajo para una mejor eficacia. Otra diferencia entre Taylor y Fayol es el
área de la pirámide de la organización que estudiaban, una es el nivel operario
que es el área de estudio de Taylor mientras que Fayol se dedicó al estudio del
área superior de la organización, como él decía "el arte de
gobernar".
Administración Científica
El taylorismo (término
derivado del nombre del estadounidense Frederick
Winslow Taylor), en organización
del trabajo, hace
referencia a la división de las distintas tareas del proceso de
producción. Fue un
método de organización industrial, cuyo fin era aumentar la productividad y evitar el control que el obrero podía tener en los tiempos de
producción. Está relacionado con la producción
en cadena.
Principios
Taylor
elaboró un sistema de organización racional del trabajo, ampliamente expuesto
en su obra Principles of Scientific Management (1912),
en un planteamiento integral que luego fue conocido como “taylorismo”. Se basa
en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y
mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas
de producción industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la mano de
obra, máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas,
la organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el
cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago
de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad
industrial.
Frederick W. Taylor intentó eliminar por completo los movimientos
innecesarios de los obreros con el deseo de aprovechar al máximo el potencial
productivo de la industria. Hizo un estudio con el objetivo de eliminar los
movimientos inútiles y establecer por medio de cronómetros el tiempo necesario
para realizar cada tarea específica.
La organización científica del trabajo en la revolución
industrial
Al taylorismo como método de trabajo, se lo
denominó organización científica del trabajo o gestión científica del trabajo,
entendida como forma de dirección que asigna al proceso laboral los principios
básicos del método científico, indicando así el modo más
óptimo de llevar a cabo un trabajo y repartiendo las ganancias con los
trabajadores. Se basa en la división del trabajo en dirección y trabajadores,
la subdivisión de las tareas en otras más simples y en la remuneración del
trabajador según el rendimiento.
El sistema de Taylor bajó los costos de
producción porque se tenían que pagar menos salarios, las empresas incluso
llegaron a pagar menos dinero por cada pieza para que los obreros se diesen más
prisa. Para que este sistema funcionase correctamente era imprescindible que
los trabajadores estuvieran supervisados y así surgió un grupo especial de
empleados, que se encargaba de la supervisión, organización y dirección del
trabajo. Este proceso se enmarcó en una época (fines del siglo XIX) de
expansión acelerada de los mercados que llevó al proceso de colonialismo, que
terminó su cruzada frenética en tragedia a través de las guerras mundiales. Su
obsesión por el tiempo productivo lo llevó a trabajar el concepto de cronómetro
en el proceso productivo, idea que superaría a la de taller, propia de la
primera fase de la
Revolución Industrial.
La organización del trabajo taylorista
transformó a la industria en los siguientes sentidos:
§
Aumento
de la destreza del obrero a través de la especialización y el conocimiento
técnico.
§
Mayor
control de tiempo en la planta, lo que significaba mayor acumulación de
capital.
§
Idea
inicial del individualismo técnico y la mecanización del rol.
§
Estudio
científico de movimientos y tiempo productivo.
§
La
división del trabajo planteada por Taylor efectivamente reduce los costos y
reorganiza científicamente el trabajo, pero encuentra un rechazo creciente del
proletariado, elemento que sumado a la crisis de expansión estructural de
mercado (por velocidad de circulación de la mercancía) lo llevaría a una
reformulación práctica en el siglo XX que es la idea de fordismo.
Según el propio Taylor, las etapas para poner
en funcionamiento su sistema de organización del trabajo eran las siguientes:
§
1.
Hallar diez o quince obreros (si es posible en distintas empresas y de
distintas regiones) que sean particularmente hábiles en la ejecución del
trabajo por analizar.
§
2.
Definir la serie exacta de movimientos elementales que cada uno de los obreros
lleva a cabo para ejecutar el trabajo analizado, así como los útiles y
materiales que emplea.
§
3.
Determinar con un cronómetro el tiempo necesario para realizar cada uno de
estos movimientos elementales y elegir el modo más simple de ejecución.
§
4.
Eliminar todos los movimientos mal concebidos, los lentos o inútiles.
§
5.
Tras haber suprimido así todos los movimientos inútiles, reunir en una
secuencia los movimientos más rápidos y los que permiten emplear mejor los
materiales más útiles.
La aplicación del sistema de Taylor provocó
una baja en los costos de producción porque significó una reducción de los
salarios. Para estimular a los obreros a incrementar la producción, muchas
empresas disminuyeron el salario pagado por cada pieza. Hacia 1912 y 1913 se
produjeron numerosas huelgas en contra de la utilización del sistema de Taylor.
Quedaba atrás, definitivamente, la época en
que el artesano podía decidir cuánto tiempo le dedicaba a producir una pieza,
según su propio criterio de calidad. Ahora, el ritmo de trabajo y el control
del tiempo de las tareas del trabajador estaban sujetos a las necesidades de la
competencia en el mercado.
Los principales puntos del
modelo de organización de Taylor fueron determinar científicamente trabajo
estándar, crear una revolución mental y un trabajador funcional. A finales del
s. XIX, principios del XX nos encontramos dos esferas sociales diferenciadas:
el campo y la fábrica. Hay una tendencia a la mayor división social del
trabajo: tareas cada vez más simples, parcelación progresiva de las tareas. Los
fines del modelo consistían en aumentar la productividad, consiguiendo más por
menos, cuestión que desemboca en la descualificación de los obreros. Con la
división del trabajo se eliminan costos y el trabajo artesanal, se consigue que
el conocimiento pase a los ingenieros, los oficios dejan de tener la posición
preferente y negociadora que tenían hasta el momento, así el trabajador pierde
ese poder negociador como resultado de la conversión a tareas simples. La
fragmentación del trabajo produce una descualificación al destruirse los
antiguos oficios, fragmentándolos y descomponiéndolos, aumentando la eficiencia
y bajando los costos ya que al trabajador que lleva a cabo tareas simples se le
paga menos. Este sistema conlleva un problema: el monopolio del conocimiento,
interés en que ese conocimiento no trascienda para así lograr mantener aquél
régimen
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